No hay castillo que se precie, que no cuente con algún fantasma entre sus muros.
Y en el caso del castillo de Santa Catalina, cuentan viejas leyendas la historia de amor entre el Condestable Iranzo y Jasmina, una joven mora de ojos verdes con la que vivía en el castillo.
Muchos nobles, recelosos por el trato favorable que daba a moros y judíos, aprovechando que Iranzo salió de Jaén por asuntos de guerra, violan y queman viva a Jasmina, estando esta embarazada. Desde entonces su espíritu sigue vagando tristemente por las dependencias del castillo, incluso a veces se oyen sus llantos y lamentos.. Nosotros a los únicos fantasmas que vimos es a los cuatro de la foto.
Hay que admitir que un poco fantasmas hay que ser para salir un sábado a las 6 de la mañana hacia Jaén, subir al Castillo de Santa Catalina, salir en la foto de esta manera y volver por el mismo camino, tras recorrer 150 km. en bicicleta.
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